SIEMPRE ME RECORDARÁS — You Will Always Remember Me

Por Berónica Palacios

La atmósfera de la fiesta destellaba bullicio. Videos en la pantalla de plasma y tu celular recibiendo felicitaciones. La neblina escurridiza del cigarrillo penetrará en las conversaciones y la inquietud por escucharlos llegará. Entonces Dionisio, como toro en ruedo, portará un libro. Ante el coro implacable, destaparás el envoltorio y leerás el título en voz alta Veinte poemas de amor y una canción desesperada. Todas las voces reirán con sarcasmo. Tu amigo tomará su inseparable requinto y dirá: «Tienes que seguir aprendiendo a tocar la guitarra además de aprenderte el cancionero de Luis Miguel y Pedro Infante, con eso la tendrás idiotizada». El concierto de carcajadas resonará en el edificio. Luis te recomendará varias páginas de internet para cocinar postres y cosas sencillas… Mientras las carcajadas persisten una voz varonil gritará: «¡Saaaluuud!»… El desasosiego de tu interior crecerá frente al espejo de tu fanfarronería. Recordarás las atenciones de los futuros suegros halagando: caballerosidad y porte siempre apuesto. Sólo faltan unas semanas para la boda y nunca has estado con una mujer. Sentirás que un nudo aprieta tu garganta. Pasará algo anormal, callarán. Dionisio y Saúl vendarán tus ojos, en medio de las tinieblas escucharás barullo y percibirás un perfume femenino. Al ritmo de la música recuperarás la luz para contemplar una emorme caja de regalo. Los aplausos y el estribillo para que abras su contenido serán implacables; entonces, el regalo se abrirá solo dejando sus cuatro paredes besando el piso… Todo se verá como un sueño a media luz y el humo del cigarrillo formará una neblina azulosa, la cual será tan real como tu nerviosismo. Su blusa dejará al descubierto piel trigueña y un bello ombligo… Tu cuerpo servirá de asiento a la criatura enigmática, que nunca habías visto en persona, sólo en fotos y películas. Esta noche será trascendental. Ella, incomparable experta, te incitará a gozar de ese placer desconocido. Te envolverás en una pasión exquisita; porque entre besos excitantes te mirarás en sus ojos y ella te susurrará con voz queda: «Siempre me recordarás».

Fragmento de El Sueño y Otros Cuentos, disponible en FIL Guadalajara 2025, Prometeo Editores, contacto colaboracionespapalotzi@gmail.com

By Berónica Palacios

The atmosphere sparkled bustle. Videos on the plasma screen and your cell phone receiving congratulations. The elusive haze of the cigarette will penetrate the conversations and the anxiety to listen to them will arrive. Then Dionysus, like a bull in the ring, will carry a book. Before the relentless chorus, you will uncover the packaging and read the title aloud. Twenty Love Poems and a Song of Despair. All voices will laugh sarcastically. Your friend will take his inseparable requinto guitar and say: «You have to continue learning to play the guitar in addition to learning the Luis Miguel and Pedro Infante songbook, with that you will have her idiotic.» The concert of laughter will echo through the building. Luis will recommend several internet pages to cook desserts and simple things… While the laughter persists a manly voice will shout: «Cheeers!»… The restlessness inside you will grow in front of the mirror of your boasting. You will remember the flattering attentions of the future in-laws: chivalry and always handsome bearing. The wedding is only a few weeks away and you’ve never been with a woman. You will feel a lump tightening in your throat. Something abnormal will happen, they will remain silent. Dionisio and Saúl will blindfold your eyes, in the midst of darkness you will hear noise and perceive a feminine perfume. To the rhythm of the music you will recover the light to contemplate an amazing gift box. The applause and the chorus for you to open its content will be relentless; then, the gift will open on its own, leaving its four walls kissing the floor… Everything will look like a dream in half-light and the cigarette smoke will form a bluish haze, which will be as real as your nervousness. Her blouse will reveal brown skin and a beautiful navel… Your body will serve as a seat for the enigmatic creature, which you have never seen in person, only in photos and movies. Tonight will be transcendental. She, an incomparable expert, will encourage you to enjoy that unknown pleasure. You will be enveloped in an exquisite passion, because between exciting kisses you will look into her eyes and she will whisper to you in a quiet voice: «You will always remember me.»

Fragment of The Dream and Other Stories, available at Book Fair Guadalajara 2025, Prometeo Editores, contact colaboracionespapalotzi@gmail.com

Translated from Spanish by Mar Martínez

TODOS CONTRA UNO – All Against One

Por Mar Martínez Leonard

Entró en la habitación oscura casi sin hacer ruido y se dirigió hacia la cama. Estaba a medio hacer, pero tenía sábanas limpias. Se tumbó en ella. No encendió la luz de la mesita. Cualquier sonido de los vecinos o de la calle le hacía estar alerta. No había sido culpa suya. Uno de los hombres de don Jacinto intentó arrancarle a ese bebé de los brazos en plena plaza, y fue por eso que le empujó. Y es que Martín, contrariamente a las antiguas reglas de la servidumbre, creía de corazón que el cuidado de un infante correspondía a sus padres. Seguidamente, había entregado el bebé a la madre, quien era además su única amiga desde que se había mudado al pueblo. Después, a la entrada de su casa, no había visto la inscripción «Villa Bella», y la había encontrado en el suelo partida en dos. Eso no había sido obra de los hombres de don Jacinto, simplemente no habían tenido tiempo de cruzar el esparragal. Pero el pueblo era tan pequeño que las malas noticias volaban entre sus casas adosadas picoteando la frente y las ideas de algunos aldeanos curtidos por el miedo y la costumbre: el boca a boca había funcionado en minutos. Ya no podría entrar en casa como quien entra en un refugio seguro. Aún así, la suavidad fresca de las sábanas y el recuerdo de sentirse protegido eran tan reconfortantes que se durmió.

Fue todo muy rápido y eficaz. Lo único que realmente le dolió fue la puñalada en el estómago. Sobre todo, notaba que se le estaba yendo la vida por esa herida. Luego perdió el conocimiento y, cuando despertó, se sentía muy débil y estaba tumbado boca abajo sobre algo que debía ser una planta espinosa. Después vio a aquel niño hijo del arriero y sintió una patada en la espalda. Pidió auxilio y el niño corrió asustado. En seguida, volvieron los hombres de don Jacinto, y esta vez, su verdugo le pidió disculpas antes de apuñalarlo: «Mira, que yo no tengo ná contra ti. Que yo soy un mandao.»

Imágenes: (1) Servitud moral, óleo y tinta china sobre papel, de Jean Mirre https://www.singulart.com/es/obras-de-arte/jean-mirre-servitude-morale-1787417 (2) Sonámbulos, Óleo, Lápiz de color en Papel, de Jean Mirre https://www.singulart.com/es/obras-de-arte/jean-mirre-somnambules-1782287

By Mar Martínez Leonard

He walked into the dark room almost silently and headed towards the bed. It was half done, but had clean sheets. He lay on it. He didn’t turn on the light of the night table. Any sound from neighbors or the street made him be alert. It wasn’t his fault. One of Don Jacinto’s men tried to tear that baby from his arms in the middle of the square, and that’s why he pushed him. The thing was that Martin, contrary to the ancient rules of servitude, believed from his heart that the care of an infant corresponded to their parents. He had then given the baby to the mother, who was also his only friend since he moved to the village. Then, at the entrance of his house, he had not seen the inscription «Villa Bella», and had found it on the ground split in two. That had not been the work of Don Jacinto’s men, they simply had not had time to cross the asparagus fern and do it. But the village was so small that the bad news flew between the terraced houses pecking at the forehead and the ideas of some villagers hardened by fear and custom: word of mouth had worked in minutes. He could no longer enter the house as one who enters a safe haven. Still, the fresh softness of the sheets and the memory of feeling protected were so comforting that he fell asleep.

It was all very fast and efficient. The only thing that really hurt him was the stab in the stomach. Above all, he felt that his life was going away through that wound. Then he lost consciousness, and by the time he woke up, he was feeling very weak, and he was lying face down on something that felt like a thorny plant. Later he saw that boy, the son of the muleteer, and felt a kick in the back. He asked for help, and the boy ran scared. Immediately after, Don Jacinto’s men returned, and this time, the headsman apologized before stabbing him: «Look, I have nothing against you. I am an errand runner».

Images: (1) Moral servitude, oil and India ink on paper, by Jean Mirre https://www.singulart.com/es/obras-de-arte/jean-mirre-servitude-morale-1787417 (2) Somnambules, Oil, Colored Pencil on Paper , by Jean Mirre https://www.singulart.com/es/obras-de-arte/jean-mirre-somnambules-1782287

DOS GOTAS DE AGUA – Two Waterdrops

La situación es extremadamente grave. Las opulentas industrias contaminan la vida con los crímenes de su codicia…

Por Antonio Arjona

La situación es extremadamente grave. Las opulentas industrias contaminan la vida con los crímenes de su codicia. La muchedumbre desayuna tinta verde y servidumbre. El cielo es ocupado por la noche eterna coronada por una luna grande y escarlata. El viento, envenenado hasta quedar paralizado. Tan solo, en los bosques, la maleza es presa de un movimiento animal, convulsivo y continuo, el feroz instinto que se abre paso a dentelladas entre los escombros del presente.

Mares y océanos son dominados por el plomo y la pólvora de innumerables guerras. La tierra, yermos en los que se siembra el hambre y la desgracia. Cada ciudadano arroja al medio ambiente y contra sus semejantes de tres a cinco kilos de basura diarios. Las drogas, ya no son un estímulo para la imaginación o una forma de indagar en el alma, sino auténticas sustancias letales. El amor es un personaje que balbucea en las tramoyas de Hollywood. El sexo se vende enlatado en exclusiva para anoréxicos y bulímicos.  Los libros fulgen en las inquisitivas hogueras de los cobardes. Los museos son convertidos en sombríos almacenes que albergan la obra atroz o pusilánime de los hijos de la debilidad y la vileza. Durante un tiempo la música resiste a los tiempos esquilmados, pero al final tan solo es mero chisme que circula de boca en boca. La indiferencia se estructura como máquina infalible contra todos y contra todo. El trabajo es una broma cruel de los dioses de la riqueza y el desprecio. Hombres y mujeres olvidan el lenguaje de las manos y del valor. Los niños se arrojan a los acantilados del terror con lápices rotos en sus incipientes manos. Los cuadernos mojados navegan a la deriva en las sacramentales aguas de las pilas bautismales, donde se lava las manos la infame providencia.

Nadie sabe, quién o qué gobierna el mundo, ni siquiera se vislumbran las máscaras del tirano. Las fronteras se edifican con acero y hormigón, con odio y miedo, por los obreros que obedecen a las fantasmagorías del capitalismo amable y a los traidores de la libertad. El cerebro es constantemente vigilado por la desoladora ignorancia desde los panópticos del poder. La voluntad, tose y escupe sangre, enferma por la total e irreversible ausencia de imaginación.

Un hecho posterior contribuye a que la situación se resuelva. Una atávica maldición de ancianas borrosas, acerca de dos gotas de agua adiestradas para la destrucción por el poderoso rayo de la tormenta final, cobra realidad. Una gota cae transparente y mortal, y el mundo queda hecho añicos. La otra, cargada de furiosas fuerzas barre la ruina. Todo es silencio, forjado por el brazo de hielo de la muerte. En las arrasadas mesetas del futuro deambula Prometeo con una cruz de ceniza en la frente.

El Valle de Mo. Durante las crecidas del capitalismo.

antonioyarjona@gmail.com


Primera fotografía: La Tierra atrapada en una gota de agua, Markus Reugels

Segunda fotografía: rabian_640


By Antonio Arjona

The situation is extremely serious. Wealthy industries pollute our lives with the crimes of their greed. The crowd eats green ink and servitude for breakfast. The sky is occupied by an eternal night, crowned with a scarlet full moon. The wind is poisoned until paralyzed. Solely, in forests, weeds are prey to convulsive and continuous animal movement, the fierce instinct that bites its way through the rubble of the present.

Seas and oceans are dominated by lead and gunpowder from innumerable wars. The Earth is a wasteland where hunger and misfortune are sown. Each citizen throws three to five kilos of garbage into the environment and against their peers daily. Drugs are no longer a stimulus for the imagination, or a way of inquiring into the soul, but real lethal substances. Love is a character that babbles in Hollywood plots. Sex is sold in cans, exclusively for anorexics and bulimics. Books glow in the inquisitive bonfires of cowards. Museums are turned into gloomy warehouses that shelter the atrocious or cowardly work of the sons of weakness and vileness. For some time, music resists these depleted times, but in the end, it is just a mere gossip that circulates by word of mouth. Indifference is structured as an infallible machine against everything and everyone. Manpower is a cruel joke of the gods of wealth and contempt. Men and women forget the language of hands and courage. Children throw themselves off the cliffs of terror with broken pencils in their fledgling hands. Wet notebooks drift in the sacramental waters of baptismal fonts where the infamous providence washes hands.

Nobody knows who or what rules the world, not even the masks of the tyrant are glimpsed. Borders are built with steel and concrete, with hatred and fear, by workers who obey the phantasmagorias of amiable capitalism and the traitors of freedom. The brain is constantly being watched by bleak ignorance from the Panoptics of power. The will coughs and spits blood, sick from the total and irreversible absence of imagination.

A later event contributes to the situation being resolved. An atavistic curse of some blurred old women, about two waterdrops trained for destruction by the powerful lightning of the final storm, comes true. A waterdrop dribbles, transparent and deadly, and the world is shattered. The other waterdrop, charged with furious forces, sweeps away the ruin. All is silence, forged by the icy arm of death. Prometheus wanders with a cross of ash on his forehead on the scorched plateaus of the future.

The Valley of Mo. During the floods of capitalism.

antonioyarjona@gmail.com


Translation: Mar Martínez Leonard

First picture: Waterdrop, Markus Reugels

Second picture: OverHumm

Seminario Menor de la Inmaculada 1953 – 1959

Por Jerónimo Martínez González

Estamos en una de las aulas que dan a poniente. El sol empieza a perderse sobre las cumbres del Cerro de San Cristóbal y la Alcazaba, el barrio alto, el edificio bajo y alargado de las Hermanitas de los Pobres y la tapia que separa el Seminario Menor de la huerta que cuida Salustiano y el camino que lleva a la gruta y al campo de fútbol. Esta tarde de otoño, Don Arturo Medina nos habla de la poesía a un grupo de alumnos de varios cursos. Está cayendo la tarde y alguien han encendido las bombillas de la clase. Tenemos un pick-up y Don Arturo nos va poniendo discos con poemas recitados. Nos pone el “Llanto por Ignacio Sánchez Mejías” de Federico García Lorca:

“A las cinco de la tarde. / El cuarto se irisaba de agonía/ a las cinco de la tarde. / A lo lejos ya viene la gangrena/ a las cinco de la tarde./ Tromba de lirio por las verdes ingles/ a las cinco de la tarde.”

Don Arturo le pide al que está más cerca del interruptor que apague la luz. Quedamos en la penumbra mientras se apagan los resplandores del poniente y la voz ronca de Nati Mistral sigue diciendo el poema:

“¡Que no quiero verla! / Que mi recuerdo se quema/ ¡Avisad a los jazmines/ con su blancura pequeña!”

Todos sabemos que la compañera de Don Arturo, Celia Viñas, ha muerto hace unos meses muy poco tiempo después de casarse, cuando lo que creían que era el embarazo de un hijo resultó ser una enfermedad mortal.

El poema dice el dolor de Federico García Lorca, pero también el dolor de Don Arturo Medina y el dolor de todos nosotros, nuestro propio desamparo.

Don Arturo y otros como él me han abierto las puertas de maravillosos, inmensos territorios: la palabra dolorida de ese poema o la de la “Elegía a Ramón Sijé”, o la palabra exquisita de Juan Ramón Jiménez, o la atormentada de Blas de Otero. El mundo de la música, cuando oíamos “La condenación de Fausto” de Berlioz en una habitación aledaña al comedor en el Seminario de Verano. El teatro, como con nuestras representaciones de “El cartero del Rey” de Rabindranath Tagore, o “La hidalga del valle” de Calderón de la Barca.

Y el latín, siempre el latín, esa máquina de expresión perfecta que ha marcado nuestra manera de pensar y nuestra manera de decirlo. Y Héctor, domador de caballos, y el prudente Ulises, y Aquiles, el de los pies ligeros, héroes de nuestra adolescencia.

Todo lo mucho que me ha dado la cultura se inició o se consolidó en aquellos años del Seminario Menor de Almería, en que yo empezaba a conocerla y a sentirla a la vez que despertaba a la vida. No olvidaré a los que me llevaron de la mano hasta aquellos territorios.

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Imagen de http://www.clasica2.com

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